El Gaucho Martín Fierro, de José Hernández

Martín Fierro

II

Ninguno me hable de penas

Porque yo penando vivo-

Y naides se muestre altivo

Aunque en el estribo esté,

Que suele quedarse á pié

El gaucho mas alvertido.

Junta esperencia en la vida

Hasta pa dar y prestar,

Quien la tiene que pasar

Entre sufrimiento y llanto;

Porque nada enseña tanto

Como el sufrir y el llorar.

Viene el hombre ciego al mundo

Cuartiándolo la esperanza,

Y á poco andar ya lo alcanzan

Las desgracias á empujones;

La pucha que trae liciones

El tiempo con sus mudanzas!

Yo he conocido esta tierra

En que el paisano vivia

Y su ranchito tenia

Y sus hijos y mujer...

Era una delicia el ver

Cómo pasaba sus días.

Entonces... cuando el lucero

Brillaba en el cielo santo,

Y los gallos con su canto

Nos decian que el dia llegaba,

A la cocina rumbiaba

El gaucho... que era un encanto.

Y sentao junto al jogon

A esperar que venga el dia,

Al cimarron le prendia

Hasta ponerse rechoncho,

Mientras su china dormia

Tapadita con su poncho.

Y apenas la madrugada

Empezaba á coloriar,

Los pájaros á cantar,

Y las gallinas á apiarse,

Era cosa de largarse

Cada cual á trabajar.

Este se ata las espuelas,

Se sale el otro cantando,

Uno busca un pellon blando,

Este un lazo, otro un rebenque,

Y los pingos relinchando

Los llaman dende el palenque.

El que era pion domador

Enderezaba al corral

Ande estaba el animal

Bufidos que se las pela...

Y mas malo que su agüela

Se hacia astillas el bagual.

Y allí el gaucho inteligente

En cuanto el potro enriendó,

Los cueros le acomodó

Y se le sentó en seguida,

Que el hombre muestra en la vida

La astucia que Dios le dió.

Y en las playas corcoviando

Pedazos se hacia el sotreta,

Mientras él por las paletas

Le jugaba las lloronas,

Y al ruido de las caronas

Salia haciéndose gambetas.

Ah tiempos!... si era un orgullo

Ver jinetear un paisano-

Cuando era gaucho vaquiano

Aunque el potro se boliase

No habia uno que no parese

Con el cabresto en la mano.

Y mientras domaban unos,

Otros al campo salian,

Y la hacienda recogian,

Las manadas repuntaban,

Y ansi sin sentir pasaban

Entretenidos el dia.

Y verlos al cair la noche

En la cocina riunidos

Con el juego bien prendido

Y mil cosas que contar,

Platicar muy divertidos

Hasta despues de cenar.

Y con el buche bien lleno

Era cosa superior

Irse en brazos del amor

A dormir como la gente,

Pa empezar al dia siguiente

Las fainas del dia anterior.

Ricuerdo!... ¡Qué maravilla!!

Como andaba la gauchada

Siempre alegre y bien montada

Y dispuesta pa el trabajo...

Pero hoy en el dia... barajo!

No se le ve dé aporriada.

El gaucho mas infeliz

Tenia tropilla de un pelo,

No le faltaba un consuelo

Y andaba la gente lista...

Tendiendo al campo la vista

No via sino hacienda y cielo.

Cuando llegaban las yerras,

¡Cosa que daba calor!

Tanto gaucho pialador

Y tironiador sin yel-

Ah tiempos!... pero si en él

Se ha visto tanto primor.

Aquello no era trabajo,

Mas bien era una juncion,

Y despues de un güen tiron

En que uno se daba maña

Pa darle un trago de caña

Solia llamarlo el patron.

Pues siempre la mamajuana

Vivia bajo la carreta

Y aquel que no era chancleta

En cuanto el goyete via,

Sin miedo se le prendia

Como güérfano á la teta.

Y qué jugadas se armaban

Cuando estábamos riunidos!

Siempre íbamos prevenidos,

Pues en tales ocasiones,

A ayudarles á los piones

Caiban muchos comedidos.

Eran los dias del apuro

Y alboroto pa el hembraje,

Pa preparar los potajes

Y osequiar bien á la gente,

Y ansi, pues, muy grandemente,

Pasaba siempre el gauchaje.

Venia la carne con cuero,

La sabrosa carbonada,

Mazamorra bien pisada

Los pasteles y el güen vino...

Pero ha querido el destino

Que todo aquello acabara.

Estaba el gaucho en su pago

Con toda sigurida

Pero aura... barbarida!

La cosa anda tan fruncida

Que gasta el pobre la vida

En juir de la autorida.

Pues si uste pisa en su rancho

Y si el alcalde lo sabe

Lo caza lo mesmo que ave,

Aunque su mujer aborte...

No hay tiempo que no se acabe

Ni tiento que no se corte.

Y al punto dése por muerto

Si el alcalde lo bolea,

Pues ay nomás se le apea

Con una felpa de palos,-

Y despues dicen que es malo

El gaucho si los pelea.

Y el lomo le hinchan á golpes,

Y le rompen la cabeza,

Y luego con ligereza

Ansí lastimao y todo,

Lo amarran codo con codo

Y pa el cepo lo enderiezan.

Ay comienzan sus desgracias,

Ay principia el pericon;

Porque ya no hay salvacion,

Y que uste quiera ó no quiera

Lo mandan á la frontera

O lo echan á un batallon.

Ansí empezaron mis males

Lo mesmo que los de tantos

Si gustan... en otros cantos

Les diré lo que he sufrido-

Despues que uno está perdido

No lo salvan ni los santos.