El Gaucho Martín Fierro, de José Hernández

Martín Fierro

VI

Vamos dentrando recien

A la parte mas sentida,

Aunque es todita mi vida

De males una cadena-

A cada alma dolorida

Le gusta cantar sus penas.

Se empezó en aquel entonces

A rejuntar caballada,

Y riunir la milicada

Teniéndola en el canton,

Para una despedicion

A sorprender á la Indiada.

Nos anunciaban que iriamos

Sin carretas ni bagages

A golpiar á los salvages

En sus mesmas tolderías,-

Que á la güelta pagarian

Licenciándolo al gauchage.

Que en esta despedicion

Tuviéramos la esperanza,

Que iva á venir sin tardanza,

Según el Gefe contó,

Un Menistro, ó qué sé yo-

Que le llamaban Don Ganza.

Que iba á riunir el Ejército

Y tuitos los batallones-

Y que traiba unos cañones

Con mas rayas que un cotin-

Pucha... las conversasiones

Por allá no tenian fin.

Pero esas trampas no enriedan

A los zorros de mi laya;

Que el Menistro venga ó vaya

Poco le importa á un matrero-

Yo también dejé las rayas...

En los libros del pulpero.

Nunca juí gaucho dormido

Siempre pronto, siempre listo-

Que soy un hombre, qué Cristo!

Que nada me ha acobardao,

Y siempre salí parao

En los trances que me he visto.

Dende chiquito gané

La vida con mi trabajo,

Y aunque siempre estuve abajo

Y no sé lo que es subir-

También el mucho sufrir

Suele cansarnos -barajo.

En medio de mi inorancia

Conozco que nada valgo-

Soy la liebre ó soy el galgo

Asigun los tiempos andan

Pero también los que mandan-

Debieran cuidarnos algo.

Una noche que riunidos

Estaban en la carpeta

Empinando una limeta

El Gefe y el Juez de Paz-

Yo no quise aguardar mas,

Y me hice humo en un sotreta.

Para mí el campo son flores

Dende que libre me veo-

Donde me lleva el deseo

Allí mis pasos dirijo-

Y hasta en las sombras, de fijo

Que adonde quiera rumbeo.

Entro y salgo del peligro

Sin que me espante el estrago,

No aflojo al primer amago

Ni jamás fí gaucho lerdo;-

Soy pa rumbiar como el cerdo

Y pronto caí á mi pago.

Volvia al cabo de tres años

De tanto sufrir al ñudo,

Resertor, pobre y desnudo-

A procurar suerte nueva-

Y lo mesmo que el peludo

Enderesé pa mi cueva.

No hallé ni rastro del rancho-

Solo estaba la tapera!-

Por Cristo, si aquello era

Pa enlutar el corazon-

Yo juré en esa ocasion

Ser mas malo que una fiera!

¡Quién no sentirá lo mesmo

Cuando ansi padece tanto!!

Puedo asigurar que el llanto

Como una mujer largué-

Ay mi Dios -si me quedé

Mas triste que Jueves Santo.

Solo se oiban los aullidos

De un gato que se salvó,

El pobre se guareció

Cerca, en una vizcachera-

Venía como si supiera

Que estaba de güelta yo.

Al dirme dejé la hacienda

Que era todito mi haber-

Pronto debíamos volver,

Según el Juez prometia,

Y hasta entonces cuidaria

De los bienes, la mujer.

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Despues me contó un vecino

Que el campo se lo pidieron-

La hacienda se la vendieron

Pa pagar arrendamientos.

Y qué sé yo, cuantos cuentos

Pero todo lo fundieron.

Los pobrecitos muchachos

Entre tantas afliciones

Se conchavaron de piones

¡Mas que ivan á trabajar,

Si eran como los pichones

Sin acabar de emplumar!

Por ay andaran sufriendo

De nuestra suerte el rigor:

Me han contao que el mayor

Nunca dejaba á su hermano-

Puede ser que algún cristiano

Los recoja por favor.

Y la pobre mi mujer,

Dios sabe cuánto sufrió!-

Me dicen que se voló

Con no sé qué gavilan-

Sin duda á buscar el pan

Que no podia darle yo.

No es raro que á uno le falte

Lo que algun otro le sobre-

Si no le quedó ni un cobre

Sinó de hijos un enjambre,

Qué mas iba á hacer la pobre

Para no morirse de hambre.

¡Tal vez no te vuelva á ver

Prenda de mi corazon!

Dios te dé su protecion

Ya que no me la dió á mí-

Y á mis hijos dende aquí

Les echo mi bendicion.

Como hijitos de la cuna

Andarán por ahy sin madre-

Ya se quedaron sin padre

Y ansi la suerte los deja,

Sin naides que los proteja

Y sin perro que los ladre.

Los pobrecitos tal vez

No tengan ande abrigarse,

Ni ramada ande ganarse,

Ni rincon ande meterse,

Ni camisa que ponerse

Ni poncho con que taparse.

Tal vez los veran sufrir

Sin tenerles compasion-

Puede que alguna ocasion

Aunque lo vean tiritando,

Los echen de algun jogon

Pa que no esten estorbando.

Y al verse ansina espantaos

Como se espanta á los perros

Iran los hijos de Fierro

Con la cola entre las piernas,

A buscar almas mas tiernas

O esconderse en algun cerro.

Mas también en este juego

Voy á pedir mi volada-

A naides le debo nada,

Ni pido cuartel ni doy;-

Y ninguno dende hoy

Ha de llevarme en la armada.

Yo he sido manso primero,

Y seré gaucho matrero-

En mi triste circustancia

Aunque es mi mal tan projundo,

Nací, y me he criado en estancia

Pero ya conozco el mundo.

Ya le conozco sus mañas,

Le conozco sus cucañas,

Se como hacen la partida,

La enriedan y la manejan-

Desaceré la madeja

Aunque me cueste la vida.

Y aguante el que no se anime

A meterse en tanto engorro,

O sino apretese el gorro

O para otra tierra emigre-

Pero yo ando como el tigre

Que le roban los cachorros.

Aunque muchos creen que el gaucho

Tiene un alma de reyuno-

No se encontrará ninguno

Que no le dueblen las penas-

Mas no debe aflojar uno

Mientras hay sangre en las venas.