La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca
Jornada segunda
Escena VII
(Sale ROSAURA, en traje de mujer.)
ROSAURA
Siguiendo a Estrella vengo,
y gran temor de hallar a Astolfo tengo;
que Clotaldo desea
que no sepa quién soy, y no me vea,
porque dice que importa al honor mío;
y de Clotaldo fío
su efeto; pues le debo agradecida
aquí el amparo de mi honor y vida.
CLARÍN
¿Qué es lo que te ha agradado
más de cuanto hoy has visto y admirado?
SEGISMUNDO
Nada me ha suspendido,
que todo lo tenía prevenido;
mas si admirar hubiera
algo en el mundo, la hermosura fuera
de la mujer. Leía
una vez en los libros que tenía,
que lo que a Dios mayor estudio debe
era el hombre, por ser un mundo breve.
Mas ya que lo es recelo
la mujer, pues ha sido un breve cielo;
y más beldad encierra
que el hombre, cuanto va de cielo a tierra;
y más si es la que miro.
ROSAURA
El Príncipe está aquí; yo me retiro.
SEGISMUNDO
Oye, mujer, deténte.
No juntes el ocaso y el oriente,
huyendo al primer paso;
que juntando el oriente y el ocaso,
la lumbre y sombra fría,
serás sin duda síncopa del día. (Aparte.)
Pero ¿qué es lo que veo?
ROSAURA (Aparte.)
Lo mismo que estoy viendo, dudo y creo.
SEGISMUNDO (Aparte.)
Yo he visto esta belleza
otra vez.
ROSAURA (Aparte.)
Yo, esta pompa, esta grandeza
he visto reducida
a una estrecha prisión.
SEGISMUNDO (Aparte.
Ya hallé mi vida.)
Mujer, que aqueste nombre
es el mejor requiebro para el hombre
¿quién eres? Que sin verte
adoración me debes; y de suerte
por la fe te conquisto
que me persuado a que otra vez te he visto.
¿Quién eres, mujer bella?
ROSAURA (Aparte.
Disimular me importa.) Soy de Estrella
una infelice dama.
SEGISMUNDO
No digas tal; di el sol, a cuya llama
aquella estrella vive,
pues de tus rayos resplandor recibe.
Yo vi en reino de olores
que presidía entre comunes flores
la deidad de la rosa;
y era su emperatriz por más hermosa.
Yo vi entre piedras finas
de la docta academia de sus minas
preferir el diamante,
y ser su emperador por más brillante.
Yo en esas cortes bellas
de la inquieta república de estrellas
vi en el lugar primero
por rey de las estrellas el lucero.
Yo en esferas perfectas,
llamando el sol a cortes los planetas,
le vi que presidía
como mayor oráculo del día.
Pues ¿cómo, si entre flores, entre estrellas,
piedras, signos, planetas, las más bellas
prefieren, tú has servido
la de menos beldad, habiendo sido
por más bella y hermosa,
sol, lucero, diamante, estrella y rosa?