La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca
Jornada segunda
Escena XVIII
(Sale el REY BASILIO rebozado.)
BASILIO
¿Clotaldo?
CLOTALDO
Señor, ¿así
viene Vuestra Majestad?
BASILIO
La necia curiosidad
de ver lo que pasa aquí
a Segismundo, ¡ay de mí!,
deste modo me ha traído.
CLOTALDO
Mírale allí reducido
a su miserable estado.
BASILIO
¡Ay, príncipe desdichado,
y en triste punto nacido!
Llega a despertarle, ya
que fuerza y vigor perdió
esos lotos que bebió.
CLOTALDO
Inquieto, señor, está
y hablando.
BASILIO
¿Qué soñará
agora? Escuchemos pues.
SEGISMUNDO (En sueños.)
Piadoso príncipe es
el que castiga tiranos.
Muera Clotaldo a mis manos,
bese mi padre mis pies.
CLOTALDO
Con la muerte me amenaza.
BASILIO
A mí con rigor y afrenta.
CLOTALDO
Quitarme la vida intenta.
BASILIO
Rendirme a sus plantas traza.
SEGISMUNDO (En sueños.)
Salga a la anchurosa plaza
del gran teatro del mundo
este valor sin segundo:
porque mi venganza cuadre,
vean triunfar de su padre
al príncipe Segismundo. (Despierta.)
Mas ¡ay de mí!, ¿dónde estoy?
BASILIO (A CLOTALDO.)
Pues a mí no me ha de ver.
Ya sabes lo que has de hacer. (Aparte.)
Desde allí a escucharte voy.
(Retírase.)
SEGISMUNDO
¿Soy yo por ventura? ¿Soy
el que preso y aherrojado
llego a verme en tal estado?
¿No sois mi sepulcro vos,
torre? Sí. ¡Válgame Dios,
qué de cosas he soñado!
CLOTALDO (Aparte.)
A mí me toca llegar
a hacer la deshecha ahora.
¿Es ya de despertar hora?
SEGISMUNDO
Sí, hora es ya de despertar.
CLOTALDO
¿Todo el día te has de estar
durmiendo? ¿Desde que yo
al águila que voló
con tarda vista seguí,
y te quedaste tú aquí,
nunca has despertado?
SEGISMUNDO
No,
ni aun agora he despertado;
que según, Clotaldo, entiendo,
todavía estoy durmiendo,
y no estoy muy engañado.
Porque si ha sido soñado
lo que vi palpable y cierto,
lo que veo será incierto;
y no es mucho que rendido,
pues veo estando dormido
que sueñe estando despierto.
CLOTALDO
Lo que soñaste me di.
SEGISMUNDO
Supuesto que sueño fue,
no diré lo que soñé;
lo que vi, Clotaldo, sí.
Yo desperté, y yo me vi
(¡qué crueldad tan lisonjera!)
en un lecho que pudiera,
con matices y colores,
ser el catre de las flores
que tejió la primavera.
Aquí mil nobles rendidos
a mis pies nombre me dieron
de su príncipe, y sirvieron
galas, joyas y vestidos.
La calma de mis sentidos
tú trocaste en alegría,
diciendo la dicha mía;
que, aunque estoy desta manera,
príncipe en Polonia era.
CLOTALDO
Buenas albricias tendría.
SEGISMUNDO
No muy buenas; por traidor,
con pecho atrevido y fuerte,
dos veces te daba muerte.
CLOTALDO
¿Para mí tanto rigor?
SEGISMUNDO
De todos era señor,
y de todos me vengaba.
Sólo a una mujer amaba
que fue verdad, creo yo,
en que todo se acabó,
y esto solo no se acaba.
(Vase el REY.)
CLOTALDO (Aparte.
Enternecido se ha ido el Rey
de haberle escuchado.)
Como habíamos hablado
de aquella águila, dormido,
tu sueño imperios han sido;
mas en sueños fuera bien
entonces honrar a quien
te crió en tantos empeños
Segismundo; que aun en sueños
no se pierde el hacer bien.
(Vase.)