La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca
Jornada tercera
Escena IX
(Tocan y salen, marchando, SOLDADOS, CLARÍN y SEGISMUNDO, vestido de pieles.)
SEGISMUNDO
Si este día me viera
Roma en los triunfos de su edad primera,
¡oh, cuánto se alegrara,
viendo lograr una ocasión tan rara
de tener una fiera
que sus grandes ejércitos rigiera,
a cuyo altivo aliento
fuera poca conquista el firmamento!
Pero el vuelo abatamos,
espíritu. No así desvanezcamos
aqueste aplauso incierto,
si ha de pesarme cuando esté despierto
de haberlo conseguido
para haberlo perdido;
pues mientras menos fuere
menos se sentirá si se perdiere.
(Dentro, un clarín.)
CLARÍN
En un veloz caballo
(perdóname, que fuerza es el pintallo
en viniéndome a cuento),
en quien un mapa se dibuja atento,
pues el cuerpo es la tierra,
el fuego el alma que en el pecho encierra,
la espuma el mar, el aire su suspiro,
en cuya confusión un caos admiro,
pues en el alma, espuma, cuerpo, aliento,
monstruo es de fuego, tierra, mar y viento,
de color remendado,
rucio, y a su propósito rodado
del que bate la espuela
y en vez de correr vuela,
a tu presencia llega
airosa una mujer.
SEGISMUNDO
Su luz me ciega.
CLARÍN
¡Vive Dios que es Rosaura!
(Vase.)
SEGISMUNDO
El cielo a mi presencia la restaura.