Peregrinación de Luz del Día, de Juan Bautista Alberdi

Tercera parte

XV

El dilema de la libertad en Sud-América

"El dilema es de hierro para la América del Sud: o latina exclusivamente, y entonces esclava; o libre, y entonces sajona, por la educación y el temperamento cuando menos. ¿Quiere Sud-América tener la Constitución y las libertades de la América del Norte? Pues no las tendrá jamás sin la cooperación de las razas que han educado y formado a la América del Norte en el gobierno de sí misma. La libertad es una conducta, una educación, una dirección, una costumbre de vivir y conducirse. Vive arraigada en el hombre, no en el papel escrito, y la costumbre engendra la costumbre, como el hombre al hombre. La libertad vive, viaja y se propaga con el hombre libre, que al presente es el hombre del Norte, frío como su temperamento, que es de la libertad misma. En efecto: la libertad es un temperamento, y un temperamento frío. Es fría por índole, como la justicia y el derecho. ('Y como la verdad'- agrega una voz maliciosamente).

"El calor repugna a su castidad apacible. (Una tos burlona).

"El entusiasmo le es sospechoso. A los poetas los admira, pero los aleja coronados del seno de sus consejos graves. La libertad es paciente y sufrida: el que no la conoce, la confunde por su exterior humilde con la servidumbre; y toma a la esclavitud por libertad, solo porque la ve arrogante y violenta, como lo es por temperamento.

"Si la América antes española prefiere ser la 'América de la poesía', a ser la 'América de la libertad', puéblese entonces con las inmigraciones de la Europa latina. La raza latina la traerá naturalmente su 'libertad latina', libertad muerta, como la lengua latina, libertad arqueológica, que practicó la difunta República romana, y que sólo vive hoy como vive su lengua, la vida de los fósiles, en los museos y biblotecas de los eruditos, no en los parlamentos que la antigüedad latina no conoció."