Curso Filosófico, de Juan Crisóstomo Lafinur
LECCIÓN PRIMERA
De las percepciones. Espónese la facultad de sentir, origen de todas las facultades del alma. Razón y relación de las ideas
Partimos á mayores conocimientos después de persuadidos q. tenemos cinco sentidos, que todas nuestras ideas precisamente pertenecen á alguno de ellos. El que nació sin el órgano de la vista no tendrá idea de la luz y los colores; el que nació sin oído no puede tenerla del sonido; en una palabra si naciera algún hombre sin sentido alguno, este hombre no conocería un solo objeto de la naturaleza. Pero, bastará tener sentidos para conocer los objetos? No, por cierto, pues que siendo comunes a todos los mismos sentidos, no todos tenemos los mismos conocimientos: esta desigualdad no puede provenir sino de que no todos sabemos hacer de nuestros sentidos el uso para que fueron dados. Este uso lo aprende el hombre, primero por la aplicación en que lo pone la misma naturaleza cuando lo determina por sus necesidades y después por una experiencia que siendo repetida en él le hace volver de sus engaños sujetándolo á nuevas impresiones. Haremos familiar esta idea en la demostración. Un niño aprende porque siente la necesidad de instruirse. Por ejemplo, tiene interés en conocer á la ama que le cría y la conoce bien pronto; la distingue entre muchas personas, y no la confunde con ninguna. Hasta aquí, según observamos, el niño conoce á virtud de las necesidades de la naturaleza: otra necesidad ejecutiva le hace formar un juicio falso haciéndolo juzgar apresuradamente; pero este error es momentáneo. Engañado en su esperanza conoce inmediatamente la necesidad de juzgar mejor segunda vez. La experiencia que vela sobre él corrige sus equivocaciones: cree veer á su ama porque divisó á lo lejos una mujer á quien se le parecía, pero su engaño no dura; si la primera mirada lo engañó, otra segunda lo desengaña y le hace aprender la necesidad de juzgar. De ese modo destruyen los mismos sentidos los errores en que nos hicieron caer; luego el uso reglado de ellos será la primera base del arte de raciocinar; como el alma aprende diferentemente los objetos toman también los conceptos diferentes nombres. Es sensación la imagen del objeto presente; imaginación la imagen del q. no lo está; conciencia la advertencia del alma sobre sus operaciones, y atención la aplicación de ella misma determinada por la fuerza del objeto. Los atributos de las cosas forman la serie de predicables conocidos por los de Porfirio, y son los siguientes: genero, especie, propio, diferencia y accidente.
Genero es una idea común á muchos q. sean diferentes por otros conceptos. Diferencia es un atributo q. esencialmente distingue á dos de un mismo genero. Especie es la unión del genero y la diferencia. Propio es una perfección común á la especie. Accidente un atributo q. puede faltarle.
El hombre es animal por género, racional por diferencia, animal racional por especie, discursivo por una de sus propiedades, y blanco por uno de sus accidentes. Razones ó relaciones son los respectos de unas á otra: se llaman ideas relativas aquellas de las cuales una no se pueda entender sin la otra, como lo es la del maestro y la del discípulo; la del creador y la creatura.