La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca
Jornada segunda
Escena XVII
(Descúbrese SEGISM[U]NDO como al principio, con pieles y cadena, durmiendo en el suelo. Salen CLOTALDO, CLARÍN y los dos criados.)
CLOTALDO
Aquí le habéis de dejar,
pues hoy su soberbia acaba
donde empezó.
[CRIADO] 1.º
Como estaba,
la cadena vuelvo a atar.
CLARÍN
No acabes de despertar,
Segismundo, para verte
perder, trocada la suerte,
siendo tu gloria fingida
una sombra de la vida
y una llama de la muerte.
CLOTALDO
A quien sabe discurrir
así, es bien que se prevenga
una estancia donde tenga
harto lugar de argüir.
Éste es el que habéis de asir
y en ese cuarto encerrar.
CLARÍN
¿Por qué a mí?
CLOTALDO
Porque ha de estar
guardado en prisión tan grave
Clarín que secretos sabe,
donde no pueda sonar.
CLARÍN
¿Yo, por dicha, solicito
dar muerte a mi padre? No.
¿Arrojé del balcón yo
al Ícaro de poquito?
¿Yo muero ni resucito?
¿Yo sueño o duermo? ¿A qué fin
me encierran?
CLOTALDO
Eres Clarín.
CLARÍN
Pues ya digo que seré
corneta, y que callaré,
que es instrumento rüin.
(Llévanle.)