Peregrinación de Luz del Día, de Juan Bautista Alberdi
Primera parte
XLIII
Moral de Gil Blas en las elecciones y en la prensa
"He dicho que el arte de elegir un candidato, consiste en persuadir al pueblo que es él quien lo ha elegido cuando en realidad es elección de su sirviente.
"El instrumento de esta inoculación de mi voto en la voluntad del pueblo, para que parezca suyo es la prensa.
"La prensa hace luz, hace tinieblas, hace atmósfera, hace verdad, hace odio, hace amor, hace opinión, es decir, hace la ley y hace el legislador, que el pueblo ve, toca y palpa, sin que en realidad vea, toque ni palpe nada.
"No soy jactancioso, pero creo que no me faltan las verdaderas cualidades para la prensa. Yo creo tener talento natural. Me falta esa instrucción sólida, que es el peor lastre de un periódico, pues basta para echarlo a pique. Mi horror a la verdad (salvo el respeto a la presente) y mi habilidad de contrahacerla. La inteligencia de las armas. Donde escribir es mentir e insultar, la pistola es el complemento obligado de la pluma. La pólvora hace el derecho y la razón. Mi pluma tiene dos cañones, o más bien, es un revólver, pues no sólo dispongo de mi pluma, sino también de la pluma de Basilio, que es el cañón Krupp de la calumnia, es la calumnia de dos tiros.
"Sin la calumnia no hay elección posible, porque ella mata moralmente al candidato rival, y hasta esto sólo para que el nuestro triunfe como el más digno. A la calumnia de Basilio nada escapa, ni la evidencia, ni la luz, ni los libros. Calumnia al libro en la persona del autor y de este modo le deja sin lectores. Como de bien mostrenco, yo me apodero de sus ideas, me las apropio, las empleo contra el autor mismo, y de este modo los lectores que no lo han leído, me atribuyen la instrucción que yo he robado a las víctimas de mis ilustrados lectores. Como hombre de Roma, Basilio ha aprendido este manejo de los cardenales, que ponen en el 'índice' para que nadie lea el libro que ellos quieren plagiar. Sin la cooperación de Basilio, yo no sería nada en la prensa. Saber calumniar, es una ciencia, y es toda la ciencia de Basilio como escritor. Así como la pistola es el complemento de la pluma, así la calumnia es el complemento de la pistola.
"De nada sirve asesinar a su adversario político, si el honor de su nombre ha de quedar en pie. Al contrario, su muerte redobla el poder de su doctrina, y lo que importa, por lo tanto, es matar el nombre después de matar al hombre, con lo cual se excusa y disminuye de paso el crimen de su eliminación. El hombre, sin honor, es un perro inútil y despreciable: matarle es librar a la sociedad de un animal superfluo. Basilio es el doctor Guillotin de las reputaciones. Su prensa es la guillotina del honor."