Peregrinación de Luz del Día, de Juan Bautista Alberdi

Tercera parte

I

Sufragio universal de la universal ignorancia

"Pero esos, como Don Quijote y su gallego, no son los peores enemigos de la libertad en su Sud-América, porque al menos tienen la disculpa de la sinceridad, propia de los locos. Sus peores enemigos son sus amigos, los liberales del orden de Tartufo, esos que falsifican la libertad para cubrir con su manufactura el sacrificio de la libertad verdadera, dice Fígaro.

"Si Quijote se ha hecho más loco en América, Tartufo se ha hecho más falso y más bribón. En Europa fue la falsificación de la amistad; aquí es la falsificación de la libertad. El campo de sus traiciones era, en Europa, la familia; aquí es toda la República. Allá engañaba al marido, a su amigo, quitándole su mujer y sus bienes; aquí se burla del pueblo, a quien vende amistad, quitándole su novia, que es su libertad, o el gobierno de sí mismo, para apropiárselo y gozarlo él solo, con el pretexto mentido de custodiarlo.

"Cuando digo Tartufo, quiero hablar de su círculo, de su escuela toda, de 'Tartufo y Compañía', de un monstruo de cien cabezas, cien pies humanos, que representa, en veneno, cien reptiles; hablo de una pandilla, de una oligarquía de falsificadores de la soberanía nacional. Son un poder, porque se entienden y fraternizan en el fraude. Ellos se completan por sus faltas respectivas. Tartufo no sería nada sin Basilio, Basilio sin Bártolo, Bártolo sin Gil Blas. Una comedia necesita una compañía de actores; y en la comedia política de la vida, los actores necesitan de comparsas y coros. Los comparsas y coristas vienen del orden de Sancho Panza, actor anfibio, que es del teatro y del mundo.

"A pesar de su multitud, ellos gobiernan, no porque son multitud, sino porque son minoría. Les bastaría dilatar su círculo para perder el poder. Las minorías son soberanas donde las mayorías son imbéciles; y las mayorías son imbéciles, cuando se forman de estas dos clases de entes: los que ignoran el gobierno de sí mismo en el grado en que lo ignoran los carneros, y los que sabiendo gobernarse, abdican por pereza y temor en manos de Tartufo y Cía. Estos últimos son los más imbéciles, sin embargo de que se pretenden los más sensatos, por razón de esa abstención.

"Entregar la soberanía del pueblo a una multitud ignorante, es entregarla a Tartufo, a Basilio, a Gil Blas. No es entonces la soberanía del pueblo; en realidad es la soberanía de Tartufo, es decir, de la mentira, del fraude. La libertad todo lo pierde en este cambio, lejos de ser ella la que gana. El gobierno, que antes fue ejercido por déspotas educados para gobernar, pasa a las manos de hombres que no necesitan más que carecer de todas las calidades para ser candidatos al poder. Ellos son la obra de su propro sufragio singular, no del sufragio universal. El sufragio universal de una multitud universalmente imbécil, es el sufragio del bribón bastante astuto y audaz para hacer admitir del vulgo, como suyos, el candidato, el voto y el elegido, que son de él (del bribón, y no del vulgo).

"Nada es más individual y personal que el sufragio llamado universal.

"Un gobierno así nacido, no puede tener límites en su autoridad, porque no hay quién se los ponga. El tirano es omnipotente, porque su tiranía es la del pueblo por el pueblo. Tal es el gobierno moderno de los países libres, que no saben gobernarse a sí mismos, es decir, que no entienden ni saben ejercer su libertad. Es el despotismo personal de un hombre, constituido y ejercido en forma de libertad popular. Es la libertad oprimida por sí misma; el pueblo avasallado por el pueblo, o más bien dicho, en nombre del pueblo, porque el que lo avasalla es el que tiene la inteligencia y la voluntad, de que el pueblo carece, y cuya carencia es causa de que él le preste la suya.

"Contra este mal, no hay más que un remedio: es dar al pueblo la inteligencia y educación del gobierno de sí mismo, en que consiste toda la libertad moderna. Este remedio es más bien un tratamiento, un régimen, una educación, una vida, o al menos toda una época de la vida: es la reforma y transformación de los hombres, no de sus leyes escritas; por los hábitos, no por las ideas."